jueves, marzo 31, 2005

Porca miseria...

De vuelta de una semanita de vacaciones. Ayer en el curro no lloré por el que dirán, pero la sensación era horrible.. Yo quería seguir de vacaciones, a ser posiblemente por toda la eternidad, quería coger una rabieta como los niños pequeños e irme a mi casa, estaba lenta, espesa, aburrida, desesperada por salir... no sé si os suena familiar esta sensación :P
He pasado fuera toda la semana santa y lo que es mejor, las Fiestas de Primavera que en Murcia son sagradas, el martes fue el Bando de la Huerta, el día por antonomasia de la borrachera y la pota, y yo por ahí de excursión. ¡Qué paz, qué sosiego¡
El domingo B. y yo cogimos la tienda de campaña y las botas y nos fuimos a los chorros del río Mundo a hacer el cabra. Acampamos en un pueblecito, Villaverde de Guadalimar, monísimo él y todo eso, con la intención de levantarnos temprano el lunes y hacer una inspección de los alrededores. Montamos la tienda sin problemas, llevábamos provisiones y un cálido edredón de plumas, tubos fluorescentes para leer antes de dormir, todo prometía una noche de tranquilidad y bienestar. Por eso los vecinos del camping acordaron jodernos la noche, para que no fuera todo tan bonito. Al lado teníamos una familia de animales de bellota, eran lo menos 10 metidos en tres tiendas, la madre tenía una voz de grajo y una capacidad pulmonar asombrosas, y se pasó media noche llamando a gritos a una de sus niñas: ¡¡Tamaaaraaaaa!!
Joder con la Tamara (jeje, el padre la llamaba Támara, qué cosas).
En el otro frente una peña de adolescentes, os podeis imaginar. Amablemente pusieron hilo musical a todo el campamento, con música máquina a toda idem, la pena es que ya eran más de las doce y yo estaba empeñada en dormir, si no se lo habría agradecido como merecían. Otro de los vecinos debió molestarse extrañamente por el detalle, porque para acallar el chichipún nos metió a los Chichos a todo lo que daba. Aaay, maamaaa, que si no m'he sacao el pañuelo, y el relicario que me voy a hacer con tu no sé qué. Yo me habría hecho un relicario con su escroto y con la lengua de la madre de la Tamara.
Todo habría sido salvable, no obstante, si no hubiéramos olvidado llevar un colchón. El suelo estaba más bien tirando a duro, y por la mañana me dolían articulaciones que no sabía que tenía, pero por suerte el padre de la Tamara empezó a pegar berridos a las 7 de la mañana para que la noche no se nos hiciera demasiado larga.
Eso sí, la excursión al nacimiento del río Mundo fue la leche, me lo pasé como una cría haciendo el cabra, saltando por todas las rocas y metiéndome en los pantanos hasta las rodillas. B. me iba tomando vídeos para que cuando me pegara la hostia padre mandarlo a algún programa, pero no hubo suerte.
Mañana dormiremos en Zaragoza en un hotel de 5 estrellas. No digo que no sea supermegaguay, pero seguro que no tendrá el mismo encanto, creo que echaré de menos a la Tamara y a los Chichos.

viernes, marzo 11, 2005

Un año ya...

Parece increíble lo rápido que ha pasado, pero hoy es otra vez 11 de Marzo y toda España se ha vuelto a vestir de luto.
Hoy estoy de guardia solita en la oficina, y pensaba en la larga entrada que prometí para hoy, más que nada por cumplir mi palabra de no dar golpe (soy un ser rastrero, al final he resuelto algo de papeleo pendiente). Y curiosamente, lo que planeaba escribir es que más o menos por estas fechas se cumple un año de una serie de acontecimientos que volvieron mi vida del revés para luego rearmarla de forma totalmente distinta.
Pero hoy no tengo cuajo para contar tonterías. Mi vida siguió mientras que la de casi doscientas personas se paró tal día como hoy, y la de muchos que siguen vivos tambien se ancló para siempre en un 11 de Marzo.
Mi memoria hoy es solo para ellos.

martes, marzo 01, 2005

Tiranos...

Una de las cosas que más me gustan de mi trabajo es el hecho de salir tempranito los viernes, con lo que te deja toda la tarde libre. Llegamos a un acuerdo con los jefes según el cual trabajaríamos más horas entre semana a condición de salir antes los viernes, y no pusieron pegas.
Pero oh destino cruel, el tirano que llevan dentro se les sentó en un hombro y les comió la oreja. ¿Para qué vamos a 46 horas semanales si hay posibilidad de hacer 50? De forma que, nos han expuesto que a partir de ya los viernes tendrá que quedarse alguien de guardia toda la tarde. Es un puteo gratuito, honestamente hablando, nadie llama un viernes por la tarde, nadie pide cita, no es necesario que nadie se quede, pero así están las cosas. Es una simple demostración de poder, esa necesidad que muchos tienen de demostrar quién es el que manda. Estamos todos tan exultantes de gozo con la nueva medida que hemos hecho el acuerdo de que quien se quede de guardia promete no dar palo al agua en toda la tarde.
Mi primera guardia me toca el próximo viernes, 11 de marzo, y creo que voy a escribir una entrada bastante larga. Hasta puede que llame a mi madre y todo.