viernes, noviembre 28, 2008

El año que viene va a ser maravilloso

Y si no me lo parece, solo tengo que compararlo con éste. Me cago en mi vida.

- desde septiembre (ya os lo conté), me he dado 3 veces de baja de ONO. Bueno, al menos eso me dicen los capullos que me atienden la petición. Y me dan un número de código de baja, que estoy coleccionando y que por lo visto son ficticios o algo, y me aseguran que en 15 días la baja será efectiva y definitiva. Pero siguen llegando las facturas. Y yo no quiero poner más reclamaciones, no quiero más llamadas, no quiero disculpas, no quiero luchar contra un monstruo, solo quiero que ONO me deje en paz, que se olvide de mi puta existencia, pero no. Ésto es cuestión de echarle paciencia, cortar el grifo del banco, pedir al universo que les reviente el hígado a los recuperadores de clientes a comisión que no tramitan las bajas, y respirar hondo.

-desde septiembre (también, que guay), mi portatil ASUS megachachi de 1.700 pepinos, está en reparación, porque se recalentaba un poco y aprovechando que está en garantía lo llevé a la casa. Y no he vuelto a saber nada de él. Los chavales de la tienda donde lo compré han reclamado 5 veces, han escrito mails y hecho llamadas delante de mí, y no les dan ni una explicación. Ahora llegará la RAM y tendré que irme sin ordenador, y mientras tanto estoy jugando en la tostadora viendo de lejos como mi hermandad ya raidea Naxxramas. Cuando me lo devuelvan estará formateadito y todo bien borradito, of course.

-no sé nada del seguro de la vivienda, y ya me he cansado de llamarles y rogarles, he claudicado. Probablemente no se pase nadie y no se hagan cargo de arreglar ni pagar nada, y como enseguida hará un año del siniestro pues no podré ni poner denuncia. Bah, total...

-al menos Bactering ha conseguido unos trabajos a través de una empresa, aunque seguirá como autónomo. Le hicieron una oferta de la que nos habríamos reído hace un año, la ha aceptado y estamos agradecidos.

Necesito un viaje, unos días fuera de casa, necesito veros y abrazaros, necesito jugar a lo que sea, disparar a lo que sea. Benditas sean las RAM's con sus conciertos y sus partidas de paintball. Una semana, solo una semana.

-casi se me olvida: hemos perdido todo lo que nos robaron del banco de la hermandad y no lo van a devolver, y además casi nos banean por la discusión que tuvimos con los GM. Espero que vosotros hayais tenido más suerte...

jueves, noviembre 06, 2008

El momento se acerca


Miré de frente a los ojos ciegos del demonio, pero no fui lo bastante fuerte como para destruirlo. Malditas sean su estampa y la mía.

Por ahora no puedo volver a su guarida. El tiempo apremia, la plaga de peste se extiende por los reinos del norte y mi clan ya se prepara para la guerra inminente. En unos días embarcamos, listos para presentar batalla al Rey Exánime, y tengo muy poco tiempo para resolver mis asuntos pendientes y despedirme de los lugares que tanto amé. Mis poderes son ahora mayores que nunca, el fuego mi mejor aliado en esas tierras heladas.

Comienza una era.

EDIT: Como el viaje es largo y es mejor ir ligeros de equipaje, alguien ha tenido el detalle de vaciarnos el banco de la hermandad y dejarnos con lo puesto. A ver si lo podemos solucionar a corto plazo, que dadas las fechas los GM están tirando a ocupados.

miércoles, noviembre 05, 2008

De difuntos

Pasó el día de Todos los Santos, y como cada año los periódicos se hacen eco del acontecimiento y pasan lista al enorme gentío que acude en estas fechas a visitar la tumba de sus seres queridos, limpiar los panteones y poner flores. Y si pasas cerca de algún cementerio, ves el aparcamiento abarrotado de coches, las señoras trajinando con trapos y cubos de agua, y ramos y ramos de flores. Es un día para recordar a los que ya no están, para hacerles saber que no les olvidamos, para honrar su memoria. Y las familias se reunen junto a la lápida y rezan juntas, y lloran juntas.

Perdonadme un momentito, salgo a echar una pota rápida y ahora vuelvo.

...

Mucho mejor.

Me cuesta expresar el repelús que me produce toda esta movida, no repelús de miedo sino repelús de asco.
Esta forma de honrar la memoria de nuestros muertos metiéndolos bajo tierra y dejar que la humedad los macere bien y los gusanitos descompongan la carne de una persona a la que quisimos, me enferma. Ese querer conservar en un lugar físico lo que queda de aquella persona que amamos, una persona que ya no existe y cuya ausencia no podemos aceptar, me parece morboso y rayano en lo enfermizo. Eso, y toda la movida que genera el enterramiento de un cuerpo.
La última vez que fui a un cementerio yo era una cría, creo que fui para acompañar a mi madre a limpiar tumbas y poner flores a los abuelos. Supongo que intentaba traspasarme la tradición, porque eso es lo que se hace el día de los santos, limpiar tumbas y poner flores. Da igual que no vayas ningún otro día, ese día hay que ir. Y poner flores, como si los modernos ataúdes no fueran bien forrados y el hedor todavia se colara por entre la tierra, hay que ir y ejercer de dolientes, no vaya a ser que el muerto crea que ya no nos acordamos de él y la próxima vez que vengamos esté de morros.

Huelga decir que la tradición se acabó con mi madre, yo no he vuelto a ir a un cementerio. No nos equivoquemos, no me da mal rollo pisar tierra que cubre a los muertos, lo que hay bajo ella son solamente restos biológicos. Pero esa es precisamente la cuestión, veo los cementerios como enormes basureros, en los que en lugar de echar la monda de las patatas tiráramos a las personas que nos importaron, que quisimos, y las dejáramos allí pudriéndose solo para que podamos pensar que siguen existiendo en algún lugar, que siguen viviendo de alguna manera, esperando nuestra visita. Para el caso, podríamos meter el cuerpo en una bolsa de plástico y dejarlo en el patio, así lo tendríamos más cerca y podríamos ponerle las flores y llorarle sin tener que desplazarnos. Lo malo es que apesta, por eso lo llevamos donde se dejan todos los demás cuerpos, juntitos y fuera del casco urbano. Como todos los basureros.

Me parece un triste forma de abandonar el mundo, a merced de la podredumbre hasta que por fin desapareces del todo. Claro que a ellos les da igual, pero yo no quiero eso para las personas que amo, no quiero aferrarme a una carne descompuesta como si aún fuera la persona que quise, no quiero tener que pensar en ella como en un montón de huesos en una caja oscura, porque nadie va a venir nunca a levantarlos de sus tumbas y no tienen nada que esperar ahí dentro. Quiero que vuelvan a la nada de la que nacieron, reducir sus restos a polvo limpio y dejar que el viento se los lleve, y que se fundan con la tierra en la que pasaron su vida. Eso es lo que yo entiendo por honrar la memoria de los muertos.
Y que permanezcan en el único lugar donde seguirán existiendo para siempre: en los recuerdos y en el corazón de las personas que les amaron.