lunes, enero 22, 2007

Hoy va de spoiler

Este fin de semana he tenido ocasión de ver dos de las pelis que me apetecían desde hace tiempo, "The prestige" (se han lucido con la traducción del título), y "Apocalypto".

Empezando por "The prestige" , diré que es una gozada de película. Es un truco de magia que Christopher Nolan regala al espectador, un juego impactante que te envuelve durante toda la película. Si ya visteis "Memento", sabreis lo que este hombre es capaz de hacer en dos horas. Los actores elegidos cumplen su trabajo a la perfección, y como curiosidad diré que aparece Nikola Tesla interpretado por un ajado David Bowie (esa mierda del tiempo, que no respeta ni a los dioses)

Ahora voy con "Apocalypto", y advierto que paso a destriparla, así que si estás pensando ir a verla éste es el momento perfecto para dejar de leer. O sigue leyendo si te da la gana pero luego no te quejes de que no avisé.

Mel Gibson no me dice nada como director (como actor aún menos, pero esa es otra historia). Braveheart me dejó fría y La pasión de Cristo no me molesté en verla, con lo que no es que fuera al cine predispuesta a que Apocalypto me gustara. Pero resulta que me gustó, y mucho.
Apocalypto es básicamente una historia humana, y es muy muy salvaje, como la humanidad misma. Se la ha tachado de diversas barbaridades que no comparto en absoluto, y explico porqué:

- "Es una película racista porque muestra al pueblo maya como si fueran unos salvajes".
Por lo visto ciertos grupos guatemaltecos han protestado por esta visión sesgada de la historia. Cierto, los mayas parecen bastante salvajes en la película. Supongo que el hecho de que practicaran el rapto, la esclavitud y los sacrificios humanos está mal visto en la actualidad, pero resulta que es lo que hay. Seguramente eran tambien grandes sabios y muy civilizados en otros aspectos, pero una cosa no quita la otra.
Qué razón tenía el alabardero londinense del que habla Imperator. Si yo tuviera que avergonzarme por las tropelías que ha cometido España a lo largo de su historia, no podría salir a la calle, pero lo que pasó pasó y aunque la moral haya cambiado con el paso de los siglos, no por ello cambian los hechos.
Y los mayas eran unos salvajes. Como todo el mundo por aquel entonces, vaya.

- "Es demasiado violenta".
No jodas. De haberlo sabido habría entrado a ver el ratoncito Pérez en la sala contígua. Resulta que cuando un hatajo de brutos entra en una pacífica aldea para aprovisionarse de esclavos, generalemente no basta con pedirlo por favor, porque la gente va y se rebota. Y entonces no hay más remedio que partirles la cabeza.
Cierto que Gibson no nos ha ahorrado ni una escena desagradable, al contrario, pero prefiero mil veces eso a la ñoñería de que se peleen a palabrotas y escupitajos. Y sí, los sacrificios humanos debían ser bastante violentos y se ponía todo perdido de sangre y eso.

- "Los malos son malísimos".
No. Los malos son guerreros cazadores de esclavos y cumplen su trabajo, no se frotan las manos diciendo "jaja, qué malo soy, cómo les vamos a hacer sufrir". Y su trabajo es conseguir muchas piezas y dejar abandonados a los niños de la tribu porque no pueden trabajar y tragan como limas. Sí aparece un personaje bastante hijoputa, pero bueno, es que de eso tambien hay, pero no es la característica general. El prota que consigue huir es perseguido a muerte por un guerrero porque se ha convertido en algo personal. No le sentó bien que matara a su hijo, o algo.

Yo he disfrutado como una enana con la película. Tiene una primera parte en la que nos muestra la vida cotidiana de una pacífica tribu de cazadores, de forma muy tierna para que les cojamos cariño rápido y así nos duela más cuando empiezan a putearlos. La segunda parte es la cacería humana, acción desenfrenada. Muy currados todos los detalles, empezando por el idioma original (yucatec creo que se llama), la puesta en escena y la exagerada cantidad de extras que componen la película.
Me lo he pasado tan bien que le perdono pequeñas licencias, como la potra que tiene el protagonista que se escapa de que le saquen vivo el corazón porque en ese momento le da a la luna por producir un eclipse. Son cosas que pasan, ¿no?

lunes, enero 08, 2007

Por un pelo...

No puedo quejarme de cómo ha empezado el año (hombre, poder podría pero no sería de recibo): con un pico de 300 € en la lotería del Niño. Prefiero decir que he tenido suerte y me ha tocado algo a quejarme porque por un solo número no me ha tocado el Gordo: salió el 92034 y nosotros teníamos el 93034. Habría estado bien ser poseedores de 200.000 leuros y hacerme ya la casa de campo que pienso tener algún día.


Por ahora no podrá ser, pero lo que no me quita nadie es la jartá de sukiyaki que nos metimos ayer entre pecho y espalda para celebrarlo. La verdad es que ya tengo salud y amor, dejaremos que le toque el Gordo a otro desgraciao que no tenga más que eso.

Y ojalá se lo tenga que gastar todo en antidiarréicos.

viernes, enero 05, 2007

Somos de lo que no hay.

Todos los días almuerzo en el mismo bar. Es un típico mesón de comidas caseras y siempre está lleno de gente como yo, currantes del barrio que salen a echar un bocado a mediodía.
Siempre salgo a comer sola, me encanta comer sola pero a mis compañeras de trabajo les salen sarpullidos solo de pensar en sentarse solas en una mesa, así que se me pegan cada vez que pueden, y yo procuro salir a horas raras para evitar que se me acople alguien. Son buena gente, pero me aburro mortalmente si tengo que charlar con ellas de algo: son chavalas muy jovenes a las que solo interesa la ropa, las marcas y los móviles, temas todos ellos que me producen sopor.
Dado que suelo comer sola, me entretengo hojeando el periódico o simplemente perdiéndome en mis pensamientos y observando a la gente a mi alrededor, y siempre me sorprende el mismo hecho: el absoluto caos de ruidos que impera en el bar. Es acojonante el volumen que llegan a alcanzar las conversaciones, en parte para que se te oiga por encima del escándalo que montan los propios camareros metiendo y sacando platos del lavavajillas y dándole al chorro de vapor de la cafetera. Hacen un ruido tremendo, pero no parece que se den cuenta, o si es así no les molesta en absoluto, y la clientela grita como una posesa para hacerse oir los unos con los otros. Bueno, no solo para hacerse oir, me temo que a la gente realmente le gusta gritar, hacer partícipes de sus penas y alegrías a todos los clientes del bar.

Esto ocurre en la mayor parte de bares de España, al menos de este tipo de bares. Si hay una tele enchufada y con el volumen a toda hostia, la clientela parece que se amansa, pero si la alternativa es el silencio son capaces de quedarse afónicos con tal de que se les oiga. Con lo que me gusta a mí el silencio...

Yo apenas he viajado, no tengo mucho con qué comparar estos fenómenos sociales, pero la realidad es que los españoles somos ruidosos, gritones, nos encanta montar bulla y a mí me desagrada sobremanera. Hace muchos años, en una cafetería en Viena estábamos un grupo de españoles charlando. Cuando me dí cuenta de que todo el bar estaba hablando en susurros y sólo se nos oía a nosotros, me avergoncé muchísimo, sólo éramos cuatro pero parecía que había un gentío gritando. Cuando la camarera nos pregunto " spanien, ja?", no estoy segura de que fuera porque reconoció el idioma.

Qué animales somos a veces, de verdad...

miércoles, enero 03, 2007

No ha estado mal...

No me importaría que todos los años resultaran ser como el 2006. Ha sido un buen año, lleno de cosas (la mayoría buenas), y ha sido el año en que dejé de fumar. Un año ya, parece mentira.

Las fiestas han transcurrido muy tranquilas, dado que no soy amante de las grandes juergas. La Nochebuena en familia como es de rigor (oye, este año no ha estado mal, incluso me lo pasé bien), y la Nochevieja solitos Jose y yo, con una cena magnífica y una noche muy plácida. Compartimos regalos y lo pasamos muy bien.

A ver qué nos depara el 2007. Me siento tan bien conmigo misma y con las personas que quiero que estoy segura de que va a ser como mínimo tan bueno como el año que se ha ido. Soy una chica afortunada.