jueves, julio 20, 2006

Qué penita...

Vaya por dios, mi hija rompió con su chico hace unos días y tenemos los tres el corazón partío.
Llevaban más de un año juntos, un año que el chaval se ha tirado prácticamente metido en mi casa (es que no salían, los sosos). Comía y cenaba en casa muchos días, hemos ido juntos de viaje, era mi asesor en videojuegos y me chipeó la PS2. Que le tenía mucho cariño, vaya... :/

Ya sé que la chica tiene 16 años y que ésto iba a ser algo pasajero, pero eso no hace que me dé menos pena no verlo más. Yo sabía que las cosas no iban bien entre ellos, y hace unos días mi hija lo llamó para que viniera a casa, yo sabía que con intención de cortar. Jo, cuando salió de la habitación al cabo de una hora, con una carita de pena terrible y una bolsa de regalos devueltos, me miró y ambos dijimos "hasta luego", fingiendo que no pasaba nada y que volveríamos a vernos al día siguiente como de costumbre. No se me ocurrió otra manera de hacerlo menos incómodo.

Es muy curioso esto de sentirme suegra a mi edad, que no es tanta. He sido hija, madre, nieta, pero lo de suegra es nuevo y aún no me he acostumbrado, pero ciertamente que se le coje cariño a un yerno (a una nuera aún está por comprobar, que creo que genéticamente estamos enemistadas por definición). Eso sí, no quiero conocer más novios de las chicas hasta que tengan cierta posibilidad de permanencia, o al menos de larga duración, que luego las rupturas son jodidas y con las mías tengo suficiente.