lunes, octubre 24, 2005

Vamos a ello, Hari, con un par.

La putada sin nombre que constituye para nosotros los fumadores la nueva ley anti-tabaco, podría acabar siendo la puntilla que muchos necesitábamos para decidir desengancharnos de una vez. Ya será jodido no poder fumar un cigarrillo en la salita del trabajo, pero a lo que me niego categóricamente es a que me estropeen un café o una cena por tener que aguantar el mono. Bares y restaurantes eran el último bastión del fumador, y la prohibición de fumar en ellos algo impensable, pero lo han hecho.
Yo recuerdo de jovencita (y no hace tanto, jo), haber fumado en autobuses, cines y centros de salud. A lo más que llegaban es a un cartelito de "Se ruega no fumar", y eso en la consulta de un pediatra con una docena de niños tosiendo. Tan inconcebible como es eso hoy día, será para las nuevas generaciones el saber que hubo un tiempo en que se fumaba en los restaurantes, y tirando piedras a mi tejado diré que me parece de puta madre.
Ya escribí sobre lo que me revienta la gente que molesta al vecino por dejadez, y el hecho de hacerles respirar nuestro humo no es una excepción. O sea, a mí me gustaría que el tabaco no humeara y así no m0lestara a nadie, pero lo cierto es que molesta y eso me hace sentir mal. Lo más que puedo hacer es alejar el cigarro todo lo que puedo de las narices ajenas, y respetar las casa y coches de la gente que no fuma, pero no puedo dejar de fumar porque soy una adicta de mierda, así de simple. Ya sé que solo los fumadores van a entenderme, pero mi historia es la siguiente.
Empecé a fumar con 13 años, sobre los 16 ya me fumaba un paquete diario, y en los últimos años he llegado a picos de casi 4 paquetes diarios. Ahí fue cuando me acojoné y lo restringí a 2 por el método de no comprar más y hacer que me duren todo el día. He fumado en los embarazos, he fumado dando pecho, he fumado con bronquitis y hasta cuando me faltaba el aire, he salido a las 3 de la mañana a comprar tabaco, fumo en casa con una hija asmática, he llegado a pesar 40 kg. por no comer por culpa del tabaco, mis pulmones parecen flautas traveseras cuando me levanto por la mañana, pero nada de eso ha sido suficiente. Fumar es lo primero que hago al levantarme y lo último al acostarme, y no hay una actividad que conciba sin tener un cigarro en la mano o al menos ardiendo en el cenicero.
Mi padre dejó de fumar hace años, y mi madre siempre me lo recrimina: "Mira tu padre, se dejó el tabaco con dos cojones". Yo siempre le digo: "No, mamá, fue con dos anginas de pecho y un amago de infarto". Y eso mismo creo que tendrá que pasarme a mí, que me den un susto de muerte que me haga replantearme todo.
O bien, que prohiban fumar en todas partes salvo en tu casa y en la calle. Y aquí llegamos al quid de la cuestión, porque no quiero pasar el resto de mi vida puteada, prefiero pasarlas canutas una temporada y ser libre el resto de mi vida. Otra cosa es que lo consiga...
La palabra que me inspira la sola idea de dejar de fumar es pánico. Dejar de fumar para una empedernida como yo, significa coger una depresión de caballo. Durante varios meses voy a ser incapaz de disfrutar de un buen rato, de una velada agradable, de una buena peli o de un buen libro, nada me va a saber a nada porque mi cuerpo no va a dejar que me olvide de que necesita nicotina. Para los no fumadores sería como si supieras que tienes que pasar los próximos meses sin beber agua, a ver si eres capaz de pensar en otra cosa que no sea la sed espantosa y si hay algo que te pueda distraer para no pensar en el agua.
Pero estoy decidida, porque ahora la alternativa es demasiado dura. Me atiborraré de Nicorette, Zintabac, Valium, Prozac, chicles, pipas, me pondré una funda en las uñas, patearé la nevera, me despertarán las ganas de fumar a media noche, lloraré como los críos, me iré al monte a gritar y doblar un pino, dormiré 14 horas al día, pero voy a superarlo como sea.
Nunca les he dicho a mis hijos que no fumen, porque sé que tendré el mismo éxito que mis padre tuvieron conmigo. Me parece más efectivo que sepan que hoy daría cualquier cosa por no haberme puesto el primer cigarro en la boca, y que espero que ellos no lo hagan nunca porque tarde o temprano tendrán que pasar el infierno que me espera a mí.
Y cuando lo consiga, me convertiré en la peor nazi antitabaco de la tierra como suele pasar, MWAHAHAHAHAHA, temblad fumadores.
Oye, y voy a dejar de hablar de tabaco, que durante esta entrada me he fumado 6 ó 7.

Amos a por ello, Hari, que nosotros lo conseguiremos sin necesidad de anginas de pecho. Deseadnos suerte, chicos =:0

viernes, octubre 14, 2005

100 pasos

Paseando por el blog de Nur, he topado con éste. La idea de autodefinirse es bastante atractiva, a quién no le gusta hablar de uno mismo especialmente si ha creado un blog para ello. Pero 100 pasos me parecen demasiados...
Son demasiado pocos para llegar a conocer a alguien, pero demasiados para intentarlo. Así que voy a ejercer mi maltrecha capacidad de síntesis tratando de hacerlo en... pongamos 10.

1- Me llamo Montse. Según la tradición familiar debería haber sido Pura como mi abuela, pero un tío mío catalán intercedió por mí y nunca se lo agradeceré lo bastante. No me veo como Puri... :)
2- Soy un palo vestido. En los últimos meses cogí unos kilos debidos a la buena vida y la falta de stress, pero para mis 1'65 de estatura he pasado casi toda mi vida adulta con 45 kilos. De ahí que haya empezado hace poco a ponerme falda, porque mis piernas no eran como para enseñarlas.
3- Soy madre de familia numerosa. Me casé a los 19 y ví una regla antes de quedarme embarazada de Ana. Estoy loca por mis hijos, aunque nunca me han gustado especialmente los niños.
4- Soy bastante descastada. No soporto a mi madre, y a mi padre y mis dos hermanos a los que quiero mucho, tampoco los veo a menudo, siento como si hubieran dejado de cumplir su función una vez adultos, aunque sea un pensamiento bastante egoista. Por suerte ellos son igual ,así que no nos echamos demasiado de menos.
5- Soy una individualista irredenta. Odio trabajar en equipo, compartir las broncas, las felicitaciones o depender de otros que marquen el ritmo. Me gusta ser responsable sólo de mis errores, o de mis aciertos.
6- Tengo bastante confianza en mí misma. Creo que soy capaz de cualquier cosa mientras no me demuestre lo contrario. Cuando eso ocurre tambien lo puedo asumir sin demasiada pena, pero necesito retos.
7- Sufro algo de agorafobia. Estuvieron a punto de violarme alos 16 años, y desde entonces me aterrorizan las calles vacías. Creo ha sido la peor experiencia de toda mi vida.
8- No me gusta salir de copas y juerga, pero valoro mucho un café con los amigos en plan tertulia tranquila.
9- Estoy enamorada y soy bastante feliz, de momento no pido más a la vida que lo que tengo: tranquilidad y estabilidad.
10- Mis gustos y aficiones ya están en mi perfil, no insistiré en ello.

PS: 11- Es que soy muy vaga...

Buff, no ha sido fácil :)