Jo, qué contenta estoy. Después de un año de ir ahorrando como una hormiga todo lo que antes me fumaba, ayer me dí el capricho que llevaba tanto esperando: me he comprado un pedazo colchón de látex de 160 cm. de ancho (lo máximo que cabía sobre el tatami), y toda su ropa de cama.
Puede parecer una chorrada, pero para mí significa un montón. Primero porque mi viejo colchón estaba pidiendo a gritos el relevo, segundo porque mola muchísimo tener tanto espacio y poder elegir si quieres pegarte a tu churri o despatarrarte, y sobre todo porque este capricho es el fruto de un año de sacrificio. De seguir fumando habría quemado todo ese dinero, y en lugar de eso ahora duermo encima de una nube. Redios, qué maravilla de invento, qué comodidad y qué bien se descansa.
Lo próximo: una nevera americana de dos puertas. Ya casi tengo el dinero necesario :)
Yupiiii ¡¡¡
jueves, diciembre 21, 2006
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3 comentarios:
Pues nada guapa, a disfrutarlo con salud (y con tu chico, claro) ;)
:)
Un colchón así no es ningún capricho, es una gozada, es justo y necesario... eso sí, si una pesadilla te despierta en lo proceloso de la noche, puede que estires los brazos y no sepas dónde estás, al menos las primeras veces que tepase.
Al respecto de la nevera; en los EEUU, las chicas solían decir a sus novios en los años sesenta's: "no me casaré contigo si no me compras un frigorífico General Electric".
http://products.geappliances.com/ApplProducts/Dispatcher?REQUEST=SPECPAGE&SKU=GSC23KSTSS&SITEID=GEA
Al loro con la photo gallery.
Fer
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