jueves, septiembre 20, 2007

Cuando me dé la gana


No entiendo qué quieren decir cuando hablan de aquello de "morir dignamente".

No termino de discernir qué puede haber de digno o de indigno en la muerte, que no es más que la finalización del proceso de la vida. La muerte puede calificarse con ciertos adjetivos, sobre todo en función del tiempo que se tome en producirse o del grado de sufrimiento que conlleve, pero "digna" o "indigna" no están entre esos adjetivos. La diferencia fundamental entre morir agonizando entre babas en un hospital, cosido a navajazos o dulcemente eutanasiado no consiste en la dignidad, sino en la voluntariedad del hecho. En que te mueres cuando tú así lo has decidido.

Y es que hay ciertas cosas que uno prefiere hacer cuando le venga en gana en lugar de dejarlo al azar, especialmente cuando se trata de decisiones que van a afectar al resto de tu vida (como tener un hijo), o al no-resto de tu vida (como morirte). El azar no suele tener mucho ojo a la hora de elegir momentos estelares de tu vida, a lo mejor tú tampoco, pero qué coño, es tu vida, ¿no?
Yo al menos, tengo claro desde siempre de qué causa no pienso morirme: de vejez. No aparecerá en ninguna esquela : "Almuric falleció de puro harta de vivir, de puro esperar un poco más a ver si la muerte llegaba hoy o tal vez mañana, de puro apurar una vida que ya ninguna satisfacción le procuraba, pero esperando un poco más. Un día más, una noche más, un pañal más, una papilla más, un desvarío más".

Esperar a la muerte no es una opción para mí.

El factor religioso te obliga a joderte con lo que haya, porque tu vida no te pertenece y por lo tanto no te queda otra que esperar, y ese lastre pseudocultural lo seguimos y seguiremos arrastrando hasta no sé cuándo. Pero mientras tanto, yo tengo muy clara una cosa: nadie va a decirme hasta cuándo estoy obligada a vivir. Y no estoy hablando de verme en un hospital imposibilitada y no querer seguir viviendo. Hablo de que, llegado cierto momento en que podamos descartar el accidente, la enfermedad o el asesinato como causa probable de muerte, el suicidio me parece una elección perfecta para poner fin a tu vida. Un momento, que lo explico.
Estoy hablando de una elección hecha fríamente y desde lo racional, no me vayais a pensar que estoy deprimida, piense en la muerte y tengo tendencias suicidas, no hay nada de eso. Es decir, sí tengo tendencias suicidas si por ello se entiende haber tomado la decisión de que cuando lo considere oportuno, tengo intención de ser yo quien elija cuándo poner fin a mi vida, si el azar no lo ha hecho antes. E insisto en el "tengo intención de" porque soy consciente de que el instinto de supervivencia te la puede jugar y hacer que saques de la manga tus segundos principios, como Groucho.

El último instante de tu vida me parece demasiado importante como para dejarlo en manos del azar, que no sabe lo que se hace. Y si antes no te parte la cabeza una maceta caída de un balcón, no se me ocurre mejor manera de acabar una vida que rodeada de la gente que quieres, en el lugar que elijas, y cuando a tí te dé la gana.

3 comentarios:

Imperator dijo...

Bravo.

zenchy dijo...

Siempere he pensado que la pero manera d emorir, es morir follando... coño justo ahí a punto de llegar al "monte del gozo" y vas y la palmas!!! vaya mierda!!! no?

Gorpik dijo...

Iba a escribir algo pero... después de leer el comentario de Zenchy... como que se me ha olvidado, oye. Ya no sé qué quería decir.