domingo, noviembre 04, 2007

En vena

Hace exactamente 3 meses, aprovechando que daban comienzo mis vacaciones, me embarqué en el mundo del que tanto oía hablar por todas partes. En principio tenía buena pinta, sin más, un juego divertido, pero mi niño se puso muy cabezón con que me creara un personaje. Veeenga, vaaale, compartimos la cuenta y la pagamos a medias que es lo que tú quieres al fin y al cabo. Y yo me entretengo los ratos en que esté la PS2 ocupada, que son unos cuantos.


La primera pj fue una elfa de sangre bruja, muy rica ella. Llegé a conseguirle un buen esbirro, y allá por el nivel 21 empecé a cansarme de la chica. No terminaban de gustarme sus habilidades, o más probablemente, yo no terminaba de hacerme con ellas y sacarles todo el partido. Sobre todo, no me convencía tener que enviar a la lucha a mi esbirro y quedarme yo siempre guardando la distancia, demasiado frágil como para aguantar un golpe directo. Me entretuvo un tiempo, pero me cansé.


Como un mes después de empezar, hubo un problema con el servidor en el que yo jugaba, que estuvo dos días caído, momento que aproveché para hacer lo que ya venía maquinando: crear otro pj radicalmente distinto y probar una más de las posibles combinaciones. Y esta vez fue de la Alianza. Una guerrera.



Esa foto es del viernes a las 2 de la madrugada, recién estrenado ese bicharraco sobre el que pasea mi preciosa draenei, un elekk. Y eso brillante que cubre mis brazos y piernas son placas. Cuesta una fortuna repararlas cuando se rompen, pero resisten los golpes sin inmutarse. Porque ahora no necesito guardar la distancia con el enemigo. Ahora él necesita guardarse de mí, ojito.
He conocido gente cojonuda en el poco tiempo que llevo inmersa en el juego. Mi hermandad es un grupo realmente majo a los que conocí por el nivel 25 y que me ha ayudado desde entonces, cuando no conocía ni la jerga ni la mayoría de los entresijos del juego. Ahora soy yo la que ayuda a subir a los que entran nuevos y a quien preguntan los que saben menos.

La gente de mi clan que juega habitualmente son todos chicos, a excepción de una chavala de unos 20 años y yo. Ellos ya saben cual es mi sexo y edad, se lo he dicho a alguien en alguna ocasión, y aunque en un principio les chocó bastante (porque por mi edad podría ser la madre de casi todos ellos), solo es algo anecdótico, un detalle curioso, se ríen porque tengo un hijo tauren y cuando tienen problemas con una misión o con algún bicho difícil me llaman para que les eche un cable como harían con cualquier otro jugador con un pj de mi nivel y condición. Porque eso es Slorgg, un pj.

Para la gente con la que interactúo puntualmente, no tengo sexo ni edad. Cuando me preguntan, soy una draenei guerrera de nivel 40, y eso es todo lo que necesitan saber. Natural del Exodar. No volveré a dar el dato real de mi edad, porque aunque a la mayor parte de la gente le pueda parecer "solo" gracioso que tenga casi tantos años como nivel, tambien me he encontrado con algún pobre infeliz que me ha dejado fuera de una mazmorra porque "no te ofendas, pero eres un poco mayor para esto, pefiero alguien más joven". En el momento en que se enteran de cómo es la persona que teclea el ordenador, muchos jugadores me han empezado a tratar de forma distinta, aunque pasado un rato se les olvide y vuelvan a comportarse como al principio, pero el sentimiento incial cuando conocen mi edad (ligado al hecho de mi sexo femenino, por supuesto) es siempre de rechazo, estupor, no saber bien cómo han de tratarme. Cuando les salvo el culo y reviento la cabeza del horda de turno ya se les olvida que podría ser su madre, pero durante unos minutos la situación es incómoda, la charla se corta y mi edad se convierte en el tema de conversación, y yo entro a jugar y no a dar explicaciones sobre las razones por las que una mujer de 38 años puede encontrar divertido convertirse por un rato en una guerera y entrar en los campos de batalla en lugar de ver Salsa Rosa. Es muy aburrido dar tantas explicaciones, y cansa sentirse como un bicho en el microscopio.

¿Acaso creen que mi edad, sexo o contorno de culo puede influir en algo en lo que ocurre en el mundo del WoW? ¿Creen que lo que respiran ahí dentro es aire? En fin, son chavales, ya crecerán, pero mientras crecen que le den la brasa a otro.

Me gusta mucho jugar al Wow. Mucho. Un rato de juego y buen rollo con la gente conocida puede darte mucha diversión y quitar muchas tensiones del día, por eso aquí teneis otra que se chuta en vena (esto empieza a parecer un mantra, "me llamo x y me chuto y me gusta"). Lo próximo es crearme una cuenta nueva, que el niño quiere que hagamos dos pj's para recorrer el mundo juntos y subir a la vez. ¿Y qué le puedo yo negar a mi niño?

5 comentarios:

Imperator dijo...

La familia que hace instancias unida permanece unida.

Gorpik dijo...

Por eso me gusta mi gremio, que es de rol puro y duro. Porque nadie me pregunta cosas sobre mi vida privada. Es que para esas cosas prefiero un chat. Y ya nunca entro en los chats.

Por otro lado, está bien que alguien te diga que no quiere entrar en una instancia contigo por tu edad. Lo más probable es que dé asco jugando, así te lo evitas.

Anónimo dijo...

Cuanto friki... ¬¬

Y lo dice uno que lleva ya casi un par de años enganchado al Travian X-DDD

(Eso sí, es mucho más barato...)

Rapunzell dijo...

A mí los gremios que hacen rol puro me parecen una experiencia estupenda.

No es el caso de mi guild, sin embargo, en el que hay un montón de charla social y poco rol. Por otra parte, tampoco hay problemas con la edad o la procedencia.

En nuestro guild, se trata con el mismo respeto a un señor de 70 años (verídico) y aun chaval de trece (verídico también). De hecho, lo más chulo para mí del juego es tener la oportunidad de tratar de igual a igual con gente muy joven que no podría encontrar en otro contexto, y compartir con ellos las quest, las instancias o la charla de tú a tú.

Y estoy conociendo un montón de la vida en Gales y en Suecia XD

Capitan Napalm dijo...

Tu lo que tienes que hacer es dejarte de hostias y hacerte un pj en nuestro server. Que aparte del moñas del maño, que es un gallo floreado, estamos todos haciendo piña hispana en pleno servidor centroeuropeo.