A veces, cuando me siento cansada, me aburro o tengo cosas en las que pensar, me gusta sentarme frente a mi ventana y simplemente observar. Me encanta cómo están creciendo las plantas y el contraste que forman esos colores, es un paisaje cuya sola visión me hace sentir bien. Me siento tranquilamente sobre los cojines mullidos que hay repartidos sobre el tatami, no sin antes haber colocado a mi lado una bandeja con una tetera a rebosar de té de jazmín y una bellísima taza que solo saco en algunas ocasiones especiales. Me dá miedo que se pueda romper, pero creo que hoy merece la pena disfrutarla. Hoy quiero una sobredosis de belleza.
No sé a dónde dirigir la vista primero, no sé en qué orden mirar. La taza da vueltas entre mis manos y puedo contemplar los trazos de laca que el pincel ha dejado como al descuido, casi como manchas, y son hermosas. El perfume del jazmín es una música de fondo perfecta para que pueda fijarme en el brillo de la madera pulida del suelo. Dan ganas de acariciarla, ¿verdad? Tan suave... Si pegara la cara al cristal, podría notarlo tan frío como cálida es la vista del exterior. Las flores blancas me apasionan, los cerezos, los almendros... Las flores rosas. Y el eterno verde que lo envuelve todo, el color que grita que está vivo, que está ahí para alegrar mis ojos, para serenarme, para hacerme el regalo de estos minutos una vez más...
A veces basta que me quede aquí un rato para olvidar las pequeñas penas. Nunca he tenido ante mí una vista tan relajante y estimulante a la vez. Es hermoso, es cautivador, me transporta, me hace soñar, me hace sentir alegría, esperanza, y sobre todo una infinita paz.
Quisiera quedarme más rato. Hoy no me ha dado tiempo a acariciar la arena, ni siquiera he podido oler las flores ni terminarme el té. Hoy tengo demasiado documentos por imprimir y como no empiece ya se me va a amontonar el trabajo, así que más vale que abra el programa que tengo minimizado y me ponga ya a la faena. El té se enfría enseguida en estos vasos de plástico, ya me haré otro cuando llegue a casa esta tarde.
Feliz fin de semana, querido fondo de escritorio. Te echaré de menos, como siempre.
4 comentarios:
Y yo pensando "¿ya tiene el jardincito soñado y yo sin enterarme?"
:)
8-)
Entonces, ¿esa foto la hiciste en tu casa y te la llevaste al currele?; si es así me da mucha envidia, pero de la mala, ¿eh?, no envidia sana ni leches, yo quiero una casa como esa.
Qué foto tan bonita.
Pues sí, esa es mi casa dentro de unos 10 años. Hice la foto gracias a una máquina del tiempo que compré a un módico precio. A mí tambien me da una envidia de mí misma cada vez que la veo... :)
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